Lo que pocos saben
Efectos adversos de los jabones que contienen grasas animales, conservantes, surfactantes químicos.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano.
En un adulto promedio posee una superficie de 2 metros cuadrados y pesa 5 kg.
Tiene relación con los otros órganos del cuerpo y a través de ella
nuestro organismo nos revela disfunciones y malestares que nos afectan,
además muestra nuestras emociones: traspiramos si estamos nerviosos,
nos ponemos colorados si algo nos da vergüenza
y hay estímulos que nos ponen la “piel de gallina”.
Igualmente, el acné, la dermatitis,
la urticaria y otras enfermedades de la piel,
son señales de defensa que emitimos contra agresiones del exterior.
La piel tiene capacidad de regenerarse,
es resistente, flexible, respira
y se mantiene activa las 24 horas del día,
realizando acciones fundamentales para nuestro organismo.
En unos pocos segundos,
los químicos tóxicos de la mayoría de productos de cuidado personal
entran por la piel al torrente sanguíneo.
Por eso, lo que entra por la piel es igual de importante a lo que comemos.
Es aterrador pensar la cantidad de químicos que nuestra piel absorbe todos los días
cuando usamos pasta dental, crema de manos, jabones, etc.
Muchos no somos conscientes
de esta situación que altera nuestro metabolismo.
Algunos expertos creen que
los productos químicos que se absorben a través de la piel
son mucho más dañinos que los productos químicos que se toman por la boca.
Las toxinas de los alimentos
son expulsadas a través del hígado y de los riñones.
En cambio, los productos químicos que se absorben a través de la piel
ingresan directamente a nuestro torrente sanguíneo.
Pueden acumularse en nuestro cuerpo, en la grasa y en el cerebro,
y causar daños a la salud.